Encuentro Regional de Formandos: un día de historia, fe y espiritualidad marista

En el Día del Marista, los participantes del Encuentro Regional de Formandos vivieron momentos de profunda conexión con las raíces y la espiritualidad que sostienen la misión de San Marcelino Champagnat. La programación de este 15 de agosto llevó al grupo a visitar lugares históricos y religiosos que rescatan la memoria e inspiran el futuro de la vida marista.

La primera parada fue en Congonhas, ciudad que ocupa un lugar especial en la historia marista en Brasil. Fue allí, el 18 de octubre de 1897, donde llegaron seis Hermanos maristas franceses que se convertirían en responsables del colegio local. La visita, guiada por Éder D’Artagnant, reveló la riqueza artística e histórica del lugar, pero también se transformó en un momento de oración y reflexión sobre la presencia de Dios en la historia y en lo cotidiano, especialmente cuando los Hermanos y formandos entonaron el canto Salve Regina.

Caminar por este espacio, especialmente en esta fecha simbólica, fue una invitación a recordar el coraje, la entrega y la fe de aquellos que sembraron las primeras semillas de la presencia marista en el país.

Por la tarde, el grupo se dirigió a Ouro Preto, patrimonio cultural de la humanidad, donde visitaron la imponente Iglesia de Nuestra Señora del Pilar y sus alrededores. La belleza y la profundidad espiritual del lugar reforzaron el llamado a vivir la fe como fundamento de la vocación y del servicio marista.

Así, entre memorias, arte y espiritualidad, el día estuvo marcado por la gratitud y la inspiración, fortaleciendo en los formandos el compromiso de continuar la misión de “hacer que Jesucristo sea conocido y amado”, con el mismo ardor que movió a los primeros Hermanos a llegar a tierras brasileñas.